Los cigarrillos electrónicos son dispositivos que calientan un líquido, llamado líquido electrónico, y lo convierten en un aerosol (o vapor) que el consumidor inhala. Aunque los líquidos electrónicos no contienen tabaco, sí contienen sustancias químicas que por lo general incluyen saborizantes y a menudo contienen nicotina, que es adictiva.
Los cigarrillos electrónicos vienen en muchas formas y tamaños, y también se les conoce como e-cigs, hookahs electrónicas (e-hookahs), bolígrafos vaporizadores, vapeadores, difusores personales o barras difusoras. Muchos de los cigarrillos electrónicos más populares vienen en forma de dispositivo USB.
Al consumo de cigarrillos electrónicos se le conoce como "vapear".
Otros dispositivos electrónicos que calientan tabaco en lugar de nicotina líquido, como los IQOS, no se consideran cigarrillos electrónicos; son productos de tabaco calentados.
La popularidad de los cigarrillos electrónicos entre los jóvenes es alarmante. En el 2019, más de uno de cada seis estudiantes (15.2 %) de la escuela secundaria en la ciudad de Nueva York informó haber consumido cigarrillos electrónicos. Casi cinco veces más estudiantes de secundaria consumen cigarrillos electrónicos en vez de fumar cigarrillos.
Además, en 2018, uno de cada 15 estudiantes (6.7 %) de la escuela intermedia declaró haber consumido cigarrillos electrónicos. El consumo de cigarrillos electrónicos fue mayor entre los estudiantes mayores: uno de cada 11 estudiantes (9 %) de séptimo grado, comparado con uno de cada 38 estudiantes (2.6 %) de sexto grado. Al igual que en el caso de los estudiantes de secundaria, su consumo de cigarrillos electrónicos fue mucho mayor que el de cigarrillos.
Los saborizantes, incluyendo menta y mentol, son una de las principales razones por las que los jóvenes consumen cigarrillos electrónicos. Los líquidos electrónicos con sabor a caramelo o frutas pueden hacer que los cigarrillos electrónicos sean atractivos o parezcan inofensivos.
Los cigarrillos electrónicos pueden ser especialmente perjudiciales para los jóvenes porque la nicotina les afecta de manera diferente que a los adultos. Los jóvenes que consumen cigarrillos electrónicos son también más propensos a probar los cigarrillos.
Los ingredientes de los líquidos electrónicos varían y aún se desconocen los efectos a largo plazo sobre la salud del consumo de los cigarrillos electrónicos. Incluso sin nicotina, sabemos que el aerosol que se produce al calentar los líquidos electrónicos puede contener otras sustancias químicas perjudiciales, tales como:
Las personas pueden intoxicarse si tragan líquido electrónico o si este entra en contacto con la piel o los ojos.
Las baterías defectuosas de los cigarrillos electrónicos provocan incendios y explosiones, lo que puede causar lesiones graves e incluso la muerte.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) y los departamentos de salud estatales y locales están investigando un brote en varios estados de lesiones pulmonares asociadas al consumo de cigarrillos electrónicos o vapeo. Mientras la investigación está en curso, pedimos a los neoyorquinos que compartan información con sus comunidades.
Las pruebas sobre la utilidad de los cigarrillos electrónicos como una herramienta para ayudar a los adultos a dejar de fumar son limitadas. Hasta la fecha, ningún cigarrillo electrónico ha sido aprobado por la FDA como dispositivo para dejar de fumar.
Los medicamentos para tratar el tabaquismo aprobados por la FDA Los medicamentos aprobados por la FDA pueden ayudar a las personas que intentan dejar de fumar. Estos incluyen las opciones con y sin receta médica, que se sabe que son eficaces. Estos medicamentos pueden casi duplicar las probabilidades de que deje de fumar con éxito.
La mayoría de los planes de seguro médico, incluyendo Medicaid, cubren los tratamientos para ayudarle a dejar de fumar.
Las leyes de la Ciudad de Nueva York incluyen todos los cigarrillos electrónicos, independientemente de su contenido de nicotina. Las leyes de la Ciudad de Nueva York prohíben: